Senda obstruida
En estos tiempos,
he aprendido a memorizar
todos los días la senda
que me ha tocado atravesar.
Tener los sentidos vivos,
y el alma fuerte.
Recordar, todos los días, de escribir
sumergido en el silencio.
Sin despertar ninguna sospecha y
tener los ojos bien abiertos.
Cuando esto pase
recordarlo hasta el infinito.
Así, sin la tristeza que
me embarga y tener una alma sobria.
Estar pendiente que los ruidos
no me enloquezcan
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