Palabras grises
Ya no nos queda sino convertir
en la memoria de un país petrolero
la aparición de enfermedades
como el polio, la disentería,
la malaria,
el fantasma del hambre regresó
con toda su fuerza,
la falta de medicinas,
la diáspora de los profesionales
y de la gente joven,
solo nos queda
la delincuencia y los gobernantes.
Cuando la soledad es más
triste que cualquier ventana,
donde el viento parece un recuerdo
Cuando la soledad es más
definitiva que una casa
donde habita la muerte,
solo queda la memoria de lo que fue
un país.
Este vendaval que nos viene
con palabras muy grises como
las cartas del adiós de un suicida.
.
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