Amargura
En mi bello pais,
todos los gritos ya son estériles
Un día fue un deseo y un sueño.
Los chillidos de los niños
son un llanto.
Esas pequeñas voces
salen de hospitales
sin agua, sin luz.
Sus juegos se han empañado.
Parece que los gobernantes
no tuvieron infancia.
Ellos son más hiel que agua fresca.
Como desearía creer
el infinito clamor de sordos.
No pueden derrumbar ese muro de silencio.
Los ciudadanos, buscan a los otros
para en la unión puedan derrocarlos,
pero, por el fanatismo
nos hemos convertido en un desierto
de ideas y de luchas.
Hasta que no aprendamos a cantar juntos
gota a gota se van llevando
los lamentos.
Veo y afirmo
al frente de estos gemidos
no tenemos por ahora
un camino para avanzar.
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