miércoles, 12 de agosto de 2020

Los rostro del mal.

 

 

Los  rostros del mal

Vivir gobernados por la calamidad,

su rostro maléfico

se puede ver y escuchar con miedo a

los ciudadanos que vuelan a las calles,

  por esos lugares  se hace

la ciudadanía.

Tienen que sacar la metralla

para acribillar a la libertad

y van mutilando la esperanza.

Los dignatarios,  desde su cúpula

situada en las torres,  taladran

al viento que trae la libertad.

Lanzan de lo  más alto a sus victimas.

Graban en las paredes con su fusil

el aspecto del mal.

En la casa del Junquito se pueden ver

sus huellas, para que los hijos

 prodigiosos de los ciudadanos

no vuelvan a la colina hablar de amor.

En el atardecer vuelven los maléficos

con luz de gasolina  y mechas van quemando

las casas donde se reúnen los dirigentes

de los ciudadanos para

quemar anhelos.

El sol inexorable  de la libertad

va bañando  los sueños

y la sed de amor y  esperanza

de los ciudadanos volverá a las calles

 ya no con  escudos y capuchas,

hoy van cantando viejas canciones

que escuchan en la universidades.

 

 

 

 

 

 

 

 

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